9 de junio de 2014

Goodbye

Parece que fue ayer cuando después de un largo viaje aterrizaba en las pistas del aeropuerto de Atlanta, donde me estaban esperando mis host parents, Mary y Gary, con un cartel de bienvenida y muchas ganas de compartir estos diez meses. Para ellos, solo tengo agradecimiento por lo bien que se han portado conmigo, tratándome como a una hija más, protegiéndome y preocupándose siempre por mí.

Poco a poco fui introduciéndome en la vida americana; primeros días en el colegio, ir conociendo a los profesores y haciéndome un hueco entre los compañeros, a los que les hacía mucha gracia mi acento.

Recuerdos y más recuerdos que me vienen a la mente, como todos los entrenamientos de Cross Country y track, corriendo por los parques con mis amigos y viendo ardillas en cada esquina o en la pista de atletismo dándolo todo bajo un sol abrasador. No puedo olvidarme de todos los clubs y actividades, que hacían que mis tardes fueran tan entretenidas; el de francés, con sus películas y juegos al aire libre, que junto a la gente tan agradable lo convirtieron en uno de mis favoritos; el de liderazgo, donde gracias al libro que hemos estado trabajando "The 7 habits of highly effective teenagers" he aprendido mucho; la olimpíada de Ciencias, que aunque me hicieron madrugar todos los jueves mereció la pena porque me lo pasé genial con Lauren, Jack y Spencer; el de poesía, que me ayudó a superar el miedo escénico; y por último el de la Cruz Roja, ya que aunque no pudiese donar sangre al ser de otro país, estuve ayudando a los voluntarios.

No me puedo olvidar de todos los lugares tan interesantes que he visitado, ya que tuve la suerte de que a mi familia le gustase mucho viajar. Birmingham en Alabama, Charleston, Rock City, Pigeon Forge en Tennessee, Virginia y Williamsburg, Stone Mountain, esquí en Carolina del Norte, Atlanta, Orlando con Disney y Universal y por último Savannah. Además, las reuniones mensuales con los otros estudiantes de intercambio completaron esta experiencia, al poder compartir mis vivencias con otras personas que estaban en la misma situación que yo.

He tenido la suerte de participar en algunos acontecimientos tan americanos que hasta parecía que estaba dentro de una película. Homecoming, Halloween, partidos de fútbol con las cheerleaders los viernes por la noche, recorrer el corn maze (el laberinto de maizales) la cena de Thanksgiving, el Black Friday y todas las compras, navidades Americanas, San Valentín y sus cupcakes, O-GLOW, el concurso de talentos, PROM, coger fresas en el campo...

Nunca me olvidaré, como tampoco olvidaré a todos mis compañeros de clase y amigos. Me gustaría mencionarlos uno a uno pero como son tantos quizá me olvide de poner alguno. Para todos ellos un beso muy fuerte. También a mis profesores, que gracias a su comprensión y ayuda pronto me acoplé a sus clases. A Mr Cowart, el profesor de matemáticas, que le encantaba preguntarme cosas sobre España; a Mrs Carswell y Mr Bachman, mis mentores en Business a los que les enseñé mi casa y colegio por el Google Maps y que también se interesaron por mi vida, tanto en España como en América; a Mr Landis y Mr Phillips, los dos profesores de historia que tuve, que hicieron tan amenas las clases y con los que aprendí muchísimo sobre América; a Mrs Newman, cuyos métodos para enseñar hicieron de física una clase muy interactiva y nunca olvidaré sus "Hey y'all we are talking waaaay too much"; Madame Diament y sus clases de francés, en las que trabajamos mucho la lengua haciendo redacciones, viendo películas y leyendo libros; y Mrs Gray, que aunque literatura fuera la clase más difícil y densa, ella me guió y ayudó todo el curso.

Tantas experiencias y tantos momentos son los culpables de que este año llegase tan pronto a su fin, a mi vuelta a Santiago, cargada con un montón de maletas, donde me esperaba mi familia. Volvía emocionada de ver a todos y con ganas de hacer tantas cosas que el jet lag ni me afectó. Esta última semana ha sido un no parar saludando a todo el mundo y retransmitiendo trocitos de mi experiencia, que es tan increíble que es difícil de contar...

Tengo que dar las gracias a las fundaciones Amancio Ortega y Barrié de la Maza por la beca que me concedieron, pues gracias a ellos he podido realizar este sueño, el sueño americano. También gracias a toda la gente que, desde España o Estados Unidos, me ha apoyado a lo largo de estos diez meses, compartiendo mi alegría en los momentos felices y animándome a seguir adelante.

Y por último y no por eso menos importante, miles de gracias a todos vosotros que, cada martes (o blogging Monday para mí, que esto de la diferencia horaria...) habéis sacado un poco de tiempo para leer mis andanzas. Para todos un beso muy fuerte y hasta siempre.





1 comentario:

  1. Enhorabuena Blanca por tu trabajado Blog. Te pillé tarde, pero ha sido un gusto seguirte. En agosto emprende mi hija la misma aventura y tu experiencia me ha servido como avance de lo que pueden llegar a ser estos diez meses en EEUU.
    Me alegro mucho de que haya sido una experiencia tan positiva y enriquecedora para tí y desde aquí te doy las gracias por compartirlo con nosotros.
    Bienvenida!

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